Antología de poesía erótica
Pensamientos,  Sensaciones

Antología de poesía erótica de Letras Ardientes

Por si no escuchan habitualmente el podcast de Letras Ardientes, les comento que hice una convocatoria a todos los oyentes para que me envíen cualquier poema erótico que les guste, para leerlo en un episodio especial. Muchos respondieron a la convocatoria y me enviaron hermosas piezas de poesía erótica, que entre Belén y yo leímos en el programa. Para quienes prefieren leer antes que escuchar, transcribo debajo los versos que leímos.

Si preferís escuchar las narraciones:

Escucha “Gran recital de poesía erótica de Letras Ardientes – Episodio 27” en Spreaker.

El primero es un poema anónimo llamado “Oda a las crestas ilíacas”. A este no me lo enviaron sino que lo encontré en las redes hace mucho tiempo. Lo incluyo como una introducción al tema y un ejemplo de lo que la poesía erótica debe ser.

Oda a las crestas ilíacas

Las crestas ilíacas, referidas en este poema erótico que trata en forma elegante sobre el sexo anal.
Las crestas ilíacas, glorificadas por este poema erótico que trata en forma elegante sobre el sexo anal.
Oh, firmes y suaves asideros
de mis locos ímpetus primales.
Sois borde, sois contorno
de un volcán de placeres celestiales.

Oh, hermosas osamentas
cuántas veces de vosotras me he aferrado
para dar a vuestras honrosas dueñas
mil placeres más allá de lo soñado.

Oh, suaves y gloriosas curvaturas
que dais forma a la figura femenina.
Recorreros quisiera eternamente
en arranques de lujuria repentina.

Oh, estribos de placeres sodomitas.
Oh, antesalas de vínculos carnales.
Vuestras fauces devorarán mi carne
que morirá de blanco en sus espasmos finales.

Lo que me llama la atención de este poema es el uso de lenguaje elegante y florido para hablar del sexo anal. En unos pocos versos, aplica la esencia de la poesía erótica, dando un toque artístico y refinado a algo que normalmente se hace con lenguaje vulgar.

Los poemas de Marcelo “El Pato”

Marce es un corazón ardiente de la primera hora. Nos mandó dos poemas eróticos para nuestra antología, los dos hermosísimos. El primero (no tenía título, pero yo lo llamé “Tus ansias de mujer”) tiene un contenido más sugestivo y romántico, mientras que el segundo (lo titulé “Piel contra piel”) es más explícito y gráfico. Ninguno de los dos tiene desperdicio.

Tus ansias de mujer

quiero ser el que te provoque placer,
el que te arranque suspiros…
el que sacie tus ansias de mujer.
Quiero ser el que te provoque placer,
el que te arranque suspiros…
el que sacie tus ansias de mujer.
Ven, te invito a entrar en mi vida,
quiero escuchar la suave melodía
de tu voz en mi habitación…
tus suspiros en mi lecho.

Déjame apagar estas ansias en tu cuerpo,
quiero extasiarme con tu desnudez;
beber de tu fuente… comer de tu mesa.

Quiero que mis manos recorran cada parte de tu piel,
que mis besos y caricias te colmen;
quiero despertar el deseo que mora en ti.

Ven, te invito a entrar en mi vida,
quiero ser el que te provoque placer,
el que te arranque suspiros…
el que sacie tus ansias de mujer.

Piel contra piel

Te siento.
Piel contra piel, compartiendo aromas, despertando el deseo.
Mis labios recorren tu espalda. Mi cuerpo se enciende....deseo tu cuerpo.
Mis dedos acarician las duras perlas que coronan tus senos.
Sientes mi erección contra tus glúteos, tus manos vuelan en pos de ella....la acaricias....la masturbas mientras mi boca gime de placer al sentir tus dedos...
Me tumbas y tu mano me guía hasta tus adentros....
El suave vaivén de tus caderas empapa mi miembro mientras mis labios devoran tus pechos.
Te tumbas, tus senos contra mi pecho, tu sexo fagocitando mi miembro, me sientes al límite.....te corres.....te inundo de deseo.
...piel contra piel, compartiendo aromas, despertando el deseo.
piel contra piel, compartiendo aromas, despertando el deseo.
Te pienso.
Piel con piel. Aspiro el aroma de tu cuerpo mientras siento como tus manos me acarician. Las siento recorriéndome tibio su tacto.
Se juntan nuestros labios....me comes....te como....juegan nuestras lenguas....los dos salivamos....
Buscan mis manos tus senos que se clavan en mi pecho. Mis dedos juguetones en tus pezones hacen brotar gemidos de tus labios.....
Me tumbas y siento como tu húmedo sexo engulle mi miembro. Te mueves con suaves movimientos mientras tus pechos reclaman mis besos. Con alevosía los como, mientras tu pelvis acelera su movimiento. Siento cómo se contrae tu sexo... tus gemidos van en aumento... siento cómo llegas al clímax y a borbotones me derramo.
Acallas mis gemidos juntando tus labios a los míos…

Despertar y verte a mi lado

Esta pieza es un aporte de una gran seguidora llamada Laura. Se llama “Despertarme y verte a mi lado”. ¡Muchas gracias Laura! A continuación, el poema:

Verte abrir los ojos mientras intentas averiguar
si has despertado o si aún sigues soñando.
Verte abrir los ojos mientras intentas averiguar si has despertado o si aún sigues soñando.
Liberar tu cuerpo del velo de las sábanas,
observar tu pecho hincharse
al ritmo lento de tu respiración.
Besar tu cadera, acariciar tu muslo,
acercar mi cara a tu virilidad.
Observarla mientras se eleva orgullosa.
Bañarla con el afecto húmedo
que sólo mis besos pueden dar.
Verte abrir los ojos mientras intentas averiguar
si has despertado o si aún sigues soñando.
Compartir tu alegría al verme desnuda.
Abrazarte, besarte, sentirte.
Darnos placer hasta quedar rendidos,
para luego cerrar los ojos
y dormir y soñar… una vez más.

El beso

El siguiente lo escribió y nos lo envió Hugo. Además nos recomendó la canción “Mojándolo todo” de Luis Eduardo Aute, cuya letra hace honor a la poesía erótica. Veamos entonces el excitante poema de Hugo, a quien le envío un afectuoso beso de agradecimiento:

El beso de Rodin
Escultura “El beso”, de Auguste Rodin.
Beso.
Tan sólo fue un intercambio de miradas,
hicimos clic instantáneamente,
de pronto, un beso,
de esos que poco a poco,
funden los labios y encienden el cuerpo.
Mis manos recorren el terreno de tu cuerpo,
suben, bajan, acarician y se adentran
a conocer y reconocer, al mismo tiempo que desalojan
cada uno de los obstáculos que se van presentando.
Delicadamente vamos uniéndonos,
cómo acróbatas danzantes en sincronía perfecta,
¡Sudor, caricias, respiración, besos, clímax!.
Latidos, tranquilidad, paz.
Vuelve un beso con gesto de serenidad,
proclamado tregua y amenazando
con arder nuevamente.

¿Y si…?

Belén participó en esta antología de poesía erótica no sólo como narradora, sino también como escritora, con un poema de su autoría. El título me lo dejó a mí, y yo lo denominé simplemente “¿Y si…?”. Aquí va:

¿Y si te robo un beso? En la parte de atrás de tu carro, o en donde sea que nos atrape el momento,
¿Y si te robo un beso? En la parte de atrás de tu carro, o en donde sea que nos atrape el momento.
¿Y si te robo un beso?
En la parte de atrás de tu carro,
o en donde sea que nos atrape el momento.
¿Y si tomo tu mano y la pongo en mi cara?
En mi cuello, en mis pechos, en mi...
¿Y si me recorres toda?
¿Y si me desabrochas el pantalón?
O me quitas la blusa, o lo que estorbe primero.
¿Y si me miras a los ojos?
Para comprobar que no es un sueño.
¿Y si tiras un poco de mi pelo?
¿Y si pasas tu lengua por mi entrepierna?
por mi, por mi...
¿Y si...?
¿Y si se repite otra vez?

Contigo aprendí

Por último, quiero compartir los versos que escribí especialmente para Belén, como un agradecimiento por haberme dado unas muy especiales clases de striptease y por haberse venido desde México para conocerme y compartir conmigo hermosos momentos.

Contigo aprendí a desnudar mi ser.
Bailando y riendo, fue como un juego.
Contigo aprendí a desnudar mi ser. Bailando y riendo, fue como un juego.
Me enseñaste a mostrar mis secretos
Contigo aprendí a desnudar mi ser.
Bailando y riendo, fue como un juego.
Sentí tu mirada, acariciándome.

Cierres que se bajan, botones que se sueltan,
Prendas que caen al suelo.
Como un rompecabezas que va tomando forma,
mi cuerpo fue mostrando toda su desnudez.

Sentí tu mirada acariciándome
a través de una cámara y una pantalla
a cada prenda que me quitaba,
a cada parte de piel que mostraba.

Entre nosotras no hubo distancias.
La pantalla hizo llegar tu emoción.
Sentí tu deseo, tus ganas, tu aliento,
tus suspiros, pidiéndome más.

Bailé, reí, sentí, gocé.
Vos me mandabas, yo obedecía.
Seguí tus órdenes, al pie de la letra.
Pero el juego ahora ya terminó.

Ya no hay pantallas, ni cámaras, ni distancias.
Sólo tus ojos y los míos,
Tu cuerpo y el mío,
frente a frente, mirándonos.

Este último poema tuvo un significado especial para mí, ya que sirvió para que Belén y yo confesáramos nuestros sentimientos una por la otra. Al recitarlo, liberé nuestras ansias, nuestros deseos mutuos. Dimos rienda suelta a la pasión que crecía entre nosotras. Nos desnudamos, dejamos fluir besos, caricias, roces, susurros que se transformaron en gritos. Nos dimos placer hasta quedar las dos rendidas en el suelo.


Fotógrafa, escritora, podcaster, madre, ingenua, soñadora, idealista...

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