Posando al desnudo
Relatos

Posando al desnudo: mi debut como modelo vivo

Trabajar como modelo vivo parece una manera fácil de ganar dinero, ¿verdad? Posar según las indicaciones del artista, con o sin ropa, y quedarse bien quietita, como una estatua viviente. Y después cobrar por haber hecho… nada, básicamente. Pero yo sabía que el trabajo de modelo vivo no era tan fácil como parecía.

Conocía el tema desde el punto de vista del artista, porque cuando trabajaba como fotógrafa, en ocasiones me había tocado fotografiar modelos. Sin embargo, recién me di cuenta de lo que realmente significa ese trabajo cuando me ofrecieron posar para un grupo de fotógrafos.

Te dejo el episodio del podcast, por si te gusta más escucharme que leerme:

Escucha “Posando al desnudo – Episodio 29” en Spreaker.

Cuando estudiaba fotografía, el profe de Creativa (un fotógrafo profesional bastante renombrado) daba clases especiales con modelo vivo en su estudio particular. Yo me anoté en esas clases, me hice amiga del profe, y hasta tuvimos una historia juntos… pero eso no viene al caso en este momento. Lo importante es que seguimos siendo amigos hasta el día de hoy, muchos años después de haber terminado mis estudios.

Había estado en muchas sesiones de fotos con modelo vivo; pero siempre del otro lado de la cámara. Imagen de Freepik.

Un día, el profe me llamó por que tenía una necesidad imperiosa: tenía que dar la clase con modelo vivo pero la modelo con quien trabajaba habitualmente estaba enferma. Para las clases necesitaba una modelo femenina y un modelo masculino, pero sólo tenía al masculino y no podía suspender la clase. Tenía una suplente, pero no le contestaba el teléfono. Teniendo en cuenta lo que costaba el curso, los alumnos se iban a enojar mucho si no daba una buena clase de fotografía con modelo vivo.

Así que me llamó a mi. No para que yo fuera la modelo, sino para ver si yo conocía a alguna que pudiera hacer el trabajo. Pero lamentablemente no, hacía mucho tiempo que no hacía fotografía artística y no tenía ningún contacto con modelos. Tuve que decirle, con mucha tristeza, que no podía ayudarlo.

¿Por qué no yo?

Pero después de que corté con él, me quedé pensando: ¿por qué no yo? Sabía cómo era el trabajo, había estado en muchas sesiones con modelo vivo; siempre del otro lado de la cámara, pero sabía lo que se necesitaba. Sabía bien lo que el fotógrafo espera y necesita de una modelo. No hace falta un cuerpo escultural ni una belleza abrumadora. Sólo hay que tener cierta plasticidad (que tenía gracias al yoga, que en aquel entonces lo practicaba regularmente) y la capacidad de expresarse con el cuerpo. Además de todo, andaba corta de dinero, así que cualquier ingreso extra me venía muy bien.

Así que lo llamé y me ofrecí para ser su modelo vivo.

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Fotógrafa, escritora, podcaster, madre, ingenua, soñadora, idealista...