Lo que las mujeres queremos que aprendan los hombres
Profe Fati

Cosas que las mujeres queremos que aprendan los hombres

Escucha “Cosas que las mujeres queremos que aprendan los hombres – Episodio 7” en Spreaker.

En este episodio pensé en dejar un poco de lado los temas netamente eróticos para que la Profe Fati les enseñe algunas cosas a los hombres. Más precisamente, cosas que a las mujeres nos gustaría que los hombres aprendieran. El tema da para muchos episodios, así que por ahora preferí enfocarme en un solo tema: las fotos que los hombres nos mandan con la intención de excitarnos. Presten atención a la Profe, chicos, y aprendan. Les va a venir bien.

Me gustaría que, después de leerlo, me dejen sus opiniones. Y no sólo los hombres, sino también las mujeres, a ver si están de acuerdo conmigo en lo que pienso de las fotos que nos mandan los hombres. De paso, cuéntenme otras cosas que crean que ellos necesitan aprender, así las debatimos en próximos episodios.

Letras Ardientes Internacional

Estoy muy contenta porque el podcast está llegando a todas partes del mundo. Me parece increíble que mi voz y mis relatos lleguen hasta Canadá, Egipto o Austria. No sé si me entenderán, ni siquiera sé muy bien qué idioma hablan, pero como sea, les mando todo mi cariño desde acá. A todos, muchas gracias por escucharme. Los quiero mucho.

En todo el mundo escuchan mis reflexiones sobre las cosas que las mujeres queremos que aprendan los hombres.
El podcast Letras Ardientes llega a todo el mundo.

Te sugiero leer también: Lo que todo hombre debe saber para hacer gozar a una mujer.

También me sorprende que me escuche tanta gente de México. Los oyentes de México son tantos o más que los de Argentina. Justamente hace poco me escribió Antonio Acuña, un podcaster mexicano que conduce el programa Sangre de Azteca. Antonio me tiró una idea interesante para hablar en mi programa: las cosas que las mujeres queremos que aprendan los hombres.

Me encantó la idea y enseguida se me empezaron a ocurrir cosas que me gustaría enseñarles a los hombres. Y la verdad es que hay tantas que podría llenar unos cuantos episodios.

Después vi que Antonio publicó un episodio en el que habla sobre las 10 cosas que los hombres desean que las mujeres aprendamos. Eso me motivó a orientar este episodio un poco en respuesta al de mi colega mexicano. Estoy en desventaja, porque a Antonio lo acompaña su camarada Rafael, y yo estoy sola. Pero no importa. Me la banco.

Veamos el primer punto que trataron estos chavos: el tema del asiento del inodoro. Yo puedo aprender a bajarlo antes de usarlo, no hay ningún problema. Pero por favor, ustedes aprendan a levantarlo antes de hacer pis parados, por favor. ¿Puede ser? Es una de las cosas que las mujeres queremos que aprendan los hombres.

El resto de los puntos los tomo como consejos aceptables, aunque muchos me sonaron a excusas de los hombres para justificar sus defectos. Por ejemplo, “nosotros no somos tan inteligentes como ustedes”, “nosotros no prestamos atención al calendario y por eso olvidamos aniversarios y cumpleaños”, “nosotros no captamos las sutilezas o las indirectas”, “nosotros decimos cosas y a los pocos días las olvidamos o cambiamos de opinión”.

Excusas, excusas, y más excusas. Todas esas supuestas falencias se pueden resolver con un poquito de esfuerzo, si quieren. ¿No les parece?

¿El domingo es el día exclusivo para los deportes? Ningún problema. Tienen mi permiso para pasar el domingo encerrados en sus cuevas de hombres mirando todos los partidos de fútbol que les dé la gana. Ah, pero mientras miran sus partidos, ocúpense ustedes de los chicos, porque nosotras nos vamos de shopping.

De todas maneras, Antonio y Rafael dejaron bien claro que el episodio era en tono de joda. “De cura”, como dicen ellos. Lo último que haría sería ponerme a discutir o enojarme. Les mando un beso grande chicos, los felicito sinceramente y de veras que me divertí mucho escuchando el episodio.

Ahora sí, es mi turno de decir las cosas que quiero que los hombres aprendan. No va a ser una lista de 10 cosas, no porque no haya, sino porque quiero hablar de una única cosa que me parece súper importante. Al menos por ahora.

Le cedo el espacio a la Profe Fati, que acá viene con su atuendo habitual: pelo atado, anteojos, tacos altos y guardapolvo blanco sin nada abajo.

Ahí viene La Profe

La profe les va a explicar las cosas que las mujeres queremos que aprendan los hombres.
La Profe les va a dar una lección.

Hola chicos, saquen lápiz y papel porque la Profe les va a dar una lección muy útil sobre una cosa que a las mujeres nos gustaría que ustedes aprendieran. Es algo bastante importante para que no fracasen cuando intentan excitarnos mandándonos fotos de ustedes mismos.

Hace poco me preguntaron si a las mujeres nos excita que los hombres nos manden fotos de sus penes. La respuesta corta es: NO. Pero sigan escuchando, porque les voy a dar algunos tips sobre cómo mandarnos fotos que nos exciten de verdad.

Yo sé que ustedes están muy orgullosos de sus penes, que los quieren mostrar al mundo entero, paraditos y firmes como soldados. Pero a las mujeres no nos excita verlos en una foto. A lo sumo podemos pedirles que nos manden una foto de sus penes si es que no nos conocemos y estamos planeando encontrarnos para ir a coger. Pero en ese caso sería sólo para evitar alguna sorpresa desagradable.

Los hombres deben aprender a no mandarnos fotos como esta.
No pueden pretender que algo así nos excite…

Les explico: en el cerebro de los hombres, el estímulo visual está mucho más conectado con la excitación sexual que en el de las mujeres. Y aclaro que esto lo digo sin tener ni la menor idea sobre psicología o sobre sexología. Me baso únicamente en mi experiencia, y en cosas que leí por ahí o que me contaron.

Les doy un ejemplo: si quiero excitar a mi marido, lo único que tengo que hacer es ponerme en bolas delante de él. Me desnudo, ¡pim! erección, y a darle átomos. Simple.

Si él intenta hacer lo mismo conmigo, probablemente yo le pregunte qué le pasa, si es que se quedó sin calzoncillos limpios, o qué. Pero no me va a excitar solamente con desfilar delante mío como Adán sin la hoja de parra.

Lo siento pero ustedes, chicos, la tienen más difícil. Porque para excitarnos, tienen que apretar algún botón que está muy metido adentro de nuestro subconsciente. Y ese botón nos funciona a todas de manera distinta.

Va otro ejemplo: hubo una época en que me excitaba ver a cualquier hombre con un bebé en brazos. No importaba si era lindo o feo. Si un tipo tenía un bebé en brazos, a mí me excitaba. Después la psicóloga me explicó que eso era porque yo, subconscientemente, estaba buscando un padre para mi hija. La mina sí estudió psicología, así que supongo que sabía de lo que hablaba.

Dicho de otra forma: si querías lograr que me excitara, en vez de mandarme una foto con el pito al aire, te iba a dar mucho mejor resultado mandarme una foto sosteniendo un bebé en brazos.

Qué fotos nos pueden mandar para excitarnos

Entonces, ¿qué pueden hacer para mandarnos una foto que nos excite? Para explicarlo, les cuento algo curioso sobre el subconsciente humano, de lo que hablo (insisto) sin tener ni el más mínimo conocimiento.

El hombre verdaderamente viril
Un padre abrazando a su hijo… increíblemente sexy.

En el subconsciente nos quedan cosas grabadas desde que vivíamos en cavernas y nos comunicábamos con gruñidos y pinturas rupestres. Y en aquella época, la atracción sexual de una mujer hacia un hombre pasaba por la capacidad del hombre para cuidar de su familia y de su caverna. Se le llama instinto de conservación de la especie. Y desde aquella época hasta el día de hoy, pocas cosas nos excitan más a las mujeres que un hombre que demuestra seguridad, autoconfianza y capacidad de decidir lo mejor para su familia.

Y vamos con otro ejemplo más. Una anécdota, más bien. Este verano estuve en el cumpleaños de un compañerito del jardín de mi hija. Fue en una quinta con pileta. Había muchos nenes y nenas de 2 o 3 años, muchos papás y mamás. Los nenes estaban todos con esos flotadores que se ponen en los bracitos, por si alguno se tiraba en la parte honda de la pileta. Pero uno de los nenes no tuvo mejor idea que sacarse los flotadores y tirarse al agua.

Uno de los papás saltó como si tuviera un resorte en el culo, se zambulló al agua y rescató al pibe en 3 segundos, mientras los demás miraban tratando de entender qué pasaba. Todas las mamás, incluyéndome, hubiésemos querido tirarnos encima de ese papá salvador para que nos hiciera un hijo a cada una. No lo hicimos porque ya no somos cavernícolas, pero sé positivamente que esa escena pasó por el subconsciente y la imaginación de cada una de nosotras.

Ya no somos cavernícolas...
Ya no somos cavernícolas…

Todo esto es para decirles que la mejor forma de excitarnos es que nos demuestren seguridad. Autoconfianza. Y si nos mandan una foto de ustedes en bolas, con los brazos en jarra, la cara sonriente y la pija parada, están demostrando exactamente lo contrario. Es como si nos dijeran: “mírenme, préstenme atención, vean lo que tengo”. Y eso no es otra cosa más que inseguridad y falta de confianza en ustedes mismos.

Bien. Espero que les haya quedado claro. Nada de fotos de pijas. ¿Ok? Entonces… ¿qué foto nos pueden mandar para excitarnos?

Lo que las mujeres vemos al mirar una foto

Ya les expliqué que las mujeres somos menos visuales que los hombres. Insisto, lo digo sin saber absolutamente nada del cerebro humano. Pero sé que el hombre, cuando mira una foto, el mensaje que le entra en la cabeza es simplemente aquél que está explícito en la foto. Fíjense, por ejemplo, en un grupo de Whatsapp de hombres. Las fotos y videos de minas en bolas van y vienen constantemente. Y las respuestas a cada envío son casi siempre un “uy, se me paró” o un sticker de un chaboncito con la pija dura.

Las mujeres, cuando miramos una foto, captamos la intención, el mensaje subliminal que transmite esa foto. Y no me canso de repetir que estoy hablando sin ningún fundamento más allá de lo que sé por experiencia o de haber escuchado por ahí.

En conclusión, si ustedes quieren mandarnos una foto que nos excite, tienen que lograr que la foto transmita subliminalmente una idea de seguridad y autoconfianza, acompañando, quizás, un contenido explícito de índole sexual. ¿Cómo se logra eso? Lamentablemente, no es nada fácil.

Y acá voy a hablar de algo de lo que sí sé, por que en una vida anterior fui fotógrafa. Les voy dar algunos tips para sacarse fotos que se nos metan bien adentro del subconsciente y nos hagan desearlos como si fueran el último hombre en la tierra.

Primero: la expresión del rostro. No pongan cara de pillos o una sonrisa muy alegre. Lo mejor es una cara seria o con una sonrisa leve. No enojados, ni preocupados. Muéstrense serios, relajados y serenos. Porque la serenidad demuestra que tienen las cosas bajo control. Que se tienen confianza. Que no tienen dudas de que van a poder complacer nuestros deseos.

Segundo: desnudez. No está mal mostrar el cuerpo, pero sepan que aquello que nos dejen ver de su cuerpo nos va a estar mandando un mensaje. A mí, por ejemplo, me pueden mandar una foto con el torso desnudo, abriéndose el pantalón, y que se note que debajo del pantalón no hay ropa interior. Si se ve o no el pene, es irrelevante. No estaría mal, tal vez, que se asome parte del culo. Con una foto así, compro. A mí, por lo menos, el mensaje que me transmite esa imagen es “me estoy preparando para que pasemos la mejor noche de nuestras vidas”.

Montar una “fiera” (también puede ser una moto o un auto) transmite una idea de dominio.

Tercero: el entorno y la iluminación. Parecen cosas secundarias, pero no lo son. Recuerden, a nosotras nos entran por el subconsciente. En general, una iluminación muy fuerte juega en contra. Salvo que seas Thor y no tengas ni un defecto para ocultar. Una iluminación muy baja tampoco es recomendable, porque transmite depresión o tristeza. Lo ideal es que la luz sea selectiva, y que resalte tu mejor cualidad: tu mirada, tu boca, tus bíceps, o lo que sea. Tampoco vas a contratar a un fotógrafo profesional para mandarle una foto a una mina, pero ajustando algunos pocos detalles podés hacer mucho.

El entorno tiene que distraer lo menos posible. Si te sacás una foto en tu cuarto, tratá de que no salga un póster de una mina en bolas o uno de Maradona. Que el fondo esté menos iluminado que vos. Que no haya elementos que distraigan la atención. Si te sacás la foto en una playa o en cualquier entorno natural, la idea es la misma. Vos sos el protagonista de la foto y tenés que ser lo único que atraiga la atención.

Cuarto: la pose. Si no sos La Roca, no trates de sacar músculos. Se ve RI-DI-CU-LO. Los músculos son atractivos si se marcan naturalmente. Si tenés que fruncir todo el cuerpo y aguantar la respiración para que se noten, no sirve. En ese caso es mejor que pasen desapercibidos.

Después, hay actitudes que se asocian subconscientemente con el dominio, como montar un caballo, una moto o un auto deportivo. Si querés transmitir una idea de hombre dominante, posar arriba de una “fiera” domada (moto, auto o caballo, por ejemplo) puede ayudar. Pero ojo, no a todas nos gusta esa pose. A mí, por ejemplo, me gusta estar arriba. Me gusta dominar, no que me dominen. No me vas a excitar con una pose de macho dominante.

Y con esto, chicos, doy por terminada la clase. Pueden retirarse.

Terminó la clase

¿Y? ¿Cómo los trató la profe? Espero que les den buen uso a estos consejos y aprendan a mandar fotos que realmente nos exciten. Y que aprendan de una vez por todas a no mandarnos una foto de sus penes apenas les decimos “Hola”.

Me gustaría recibir sus comentarios, que me cuenten qué clase de fotos les mandan a sus amigas, si son de mandar fotos de penes o no, y qué reciben a cambio cuando las mandan. Planeo continuar próximamente con esta lista de cosas que las mujeres queremos que los hombres sepan, así que no se vayan lejos. ¡Chau!

Fotógrafa, escritora, podcaster, madre, ingenua, soñadora, idealista...

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