La ropa sucia de los miércoles (relato erótico)

Un relato erótico que trata sobre los estímulos olfativos y sobre cómo éstos pueden desatar en nosotros instintos sexuales primitivos e irrefrenables.

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Este relato es sobre una chica llamada Belinda, que trabaja en una lavandería. El trabajo de Belinda es recibir las bolsas de ropa sucia y lavarla. Simple, sencillo. Pero Belinda es muy meticulosa. Ella no se limita a sacar la ropa de las bolsas y meterla en el lavarropas. No. Belinda saca las prendas una por una, las clasifica y las lava de la forma en que resulte mejor para cada una. Para lograr una limpieza óptima que no las dañe en absoluto.

Otra cosa que tiene Belinda es un olfato muy agudo. Es algo casi sobrenatural. Belinda puede oler una prenda y adivinar toda clase de cosas sobre el dueño o dueña de esa prenda. A veces, sin proponérselo, huele las prendas cuando las extrae de las bolsas y deja que su imaginación vuele, retratando en su mente a los dueños de esas prendas… Así, Belinda imagina personas solas, parejas o incluso familias enteras, con sólo oler unas cuantas prendas. Y muchas veces, los dueños de esas prendas son casi exactamente como Belinda los imaginó.

Endemoniada bolsa de ropa sucia

En una ocasión, al abrir una bolsa de ropa sucia, los aromas que emanaron esas prendas impactaron en Belinda como una onda de choque. En el instante en que entraron por sus fosas nasales, invadieron todo su cuerpo, se adueñaron de su cerebro, de todo su sistema nervioso, y muy particularmente, de su sexo. Belinda sintió sus entrañas arder de deseo.

Su mente se llenó de escenas de lujuria. Sin pensarlo, tomó algunas de esas prendas y corrió al baño de la lavandería. Se desnudó y se maturbó frenéticamente, refregando las prendas sucias por todo su cuerpo.