Cállate y escucha
Pensamientos

Cállate y escucha

Si tienes un problema de esos que te quitan el sueño, que parecen irresolubles, difícilmente encuentres la solución pensando y pensando, y dándole vueltas al asunto. Cállate y escucha: generalmente las soluciones a esos problemas llegan cuando uno está con la mente tranquila, relajada y distraída.

Ya que no puedes dormir por culpa de ese problema que parece no tener solución, aprovecha para intentar lo siguiente (total, no tienes nada que perder): ponte cómodo (si estás acostado, listo, no hace falta ponerse más cómodo); cierra los ojos; respira lento y profundo, y dedícate únicamente a escuchar el ruido de tu respiración. Cállate y escucha.

Cállate y escucha - cara Fátima

Los pensamientos querrán adueñarse de tu cabeza. No los pelees, déjalos que pasen, solamente no los retengas. Dile a tu mente que se calle y que escuche.

Imagínate una situación en la que el problema está resuelto. Por ejemplo, si estás agobiado por las deudas, imagínate que todas tus deudas están pagadas, que no le debes nada a nadie. Repite mentalmente varias veces la situación en que el problema está resuelto. Por ejemplo, dí mentalmente: “todas mis deudas están pagadas”. Tiene que ser una frase afirmativa (busca la forma en que la frase no incluya negaciones) y en tiempo presente, para reforzar el hecho de que el problema está resuelto ahora.

Siente dentro tuyo que el problema está resuelto. Siente el alivio de estar por fin libre del problema. Trata de hacerlo varias veces al día, o cada vez que te invada la angustia de no poder resolver tu problema. Cuando te mires al espejo, cuando te acuestes a dormir, cuando abras los ojos por la mañana, cuando te estés duchando.

Hazlo con frecuencia, y mantén la confianza en que lo que estás haciendo es verdaderamente útil. Cuando menos lo esperes, la solución estará materializada.

Cállate y escucha

Aquí copio una técnica que leí en una página sobre meditación y reiki, que a mí me dio increíbles resultados. Es algo productivo para hacer cuando tengas insomnio y tu mente te bombardee con problemas a resolver. Entonces, cállate y escucha, y sigue los siguientes pasos:

Cierra los ojos y relájate. Imagínate que estás entrando en un ascensor y las puertas se cierran. Estás en el piso 21, y el ascensor va descendiendo. Mira hacia el panel donde están los números, y nota que la luz en el piso 21 está encendida. El ascensor desciende y vea cómo la luz del piso 21 se apaga y un segundo después se enciende la del piso 20. Respira profundamente entre cada piso. A continuación se apaga la del piso 20 y se enciende la del 19, y así sucesivamente.

Siente el movimiento del ascensor a medida que desciende. Mira las luces numeradas en cuenta regresiva, y cuéntalos números de los pisos en tu mente mientras haces una o dos respiraciones profundas entre cada uno. Al llegar a la planta baja, las puertas se abren. Sales del ascensor lentamente.

Ahora ves una escalera que se dirige hacia abajo. Vas hacia ella. Hay exactamente 21 escalones. Imagínate caminando por esa escalera, pero haciendo una pausa luego de cada paso, y tomando una respiración profunda antes de continuar al siguiente escalón. Cuenta en tu mente, y realmente siente como vas descendiendo poco a poco, escalón por escalón, respiro a respiro.

Cállate y escucha - un pasillo largo con puertas

Un pasillo

Al llegar al ultimo escalón, ves una puerta entreabierta. Entras por esa puerta, ves un pasillo iluminado con decenas de puertas cerradas a lo largo del pasillo. Tu tutor está de pie allí… pídele que te lleve a tu habitación. Imagínate que estás siendo conducido por el pasillo hasta tu habitación. Cuando llegues, abre la puerta.

Lo que veas es en el interior está librado a tu propia imaginación. Explora ese espacio. Es tuyo y solamente tuyo. Toma nota de lo que ves allí. ¿Está desordenado u ordenado? ¿Es estéril o acogedor? ¿Se ve futurista o anticuado? ¿Hay muebles o esta vacío? Todo lo que veas estará bien. Simplemente toma nota de ello.

Encuentra un lugar para sentarte y pide hablar con tu subconsciente, o con tu ser superior, o incluso con tus guías espirituales. Con quien tú prefieras. Descubre quién aparece. Ten una conversación con él, ella o ellos, y pregúntales qué quieren que tú sepas. Entonces escucha…. Cuando hayas terminado, dales las gracias y sal de tu habitación.

Asegúrate de cerrar la puerta. Vuelve a seguir el camino por el pasillo hasta la escalera y sube, contando de nuevo paso a paso, del primer escalón hasta el 21. Recuerda respirar profundamente. A continuación, entra en el ascensor y repite lo mismo, cuenta del 1 a 21 y sal.

Espero de corazón que te sea tan útil como lo fue para mí.

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2 Comentarios

  • Anónimo

    Me encantó tu relato. Aunque puse lo que me pareció en tu perfil de Facebook, bien vale la pena ponerlo aquí. En el primer caso, es algo muy parecido a la “Ley de la atracción”. Lo he puesto en práctica varias veces, y funciona. Tan solo tenés que creer y visualizar bien lo que quieres. Que todo esté claro. Y tarde o temprano se llega. En cuanto a lo segundo, ahí la cosa cambia. Ya que implica “enfrentarse” consigo mismo. De ahí en como va a encontrar la habitación que le corresponde, hacia donde esa persona se deje guiar. Puede ser el más dulce de tus momentos, o todo lo contrario. Momentos que se fueron postergando, y que tarde o temprano tienen que ser solucionados. Pero una ves que se haya superado eso, sin lugar a dudas algo en nuestro interior habrá cambiado (aunque por fuera nos cueste aceptarlo). En cuanto a la foto que pusiste (la del pasillo), pondría a cada persona a prueba, ya que no se muestra precisamente acogedor. Es ahí donde comienza y finaliza el camino.

    • fatima

      Te agradezco mucho tu comentario. Lo de la habitación y la incertidumbre de no saber qué se va a encontrar, y el pasillo que no se ve acogedor, es una muy buena observación, y es cierto que pone a cada uno a prueba. Me hizo acordar a una escena de la guerra de las galaxias, en la que el protagonista le pregunta a su maestro qué encontrará dentro de la cueva, y el maestro responde: “Sólo lo que tú lleves”

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