Dominadora dominada
Mujeres fuertes

Dominadora dominada

No sé si llamarlo karma o una burla del destino. La cosa es que quise ser ama, y por un descuido terminé sometida. Me convertí en dominadora dominada. Me vi en la obligación de ser sumisa, pero no en el aspecto físico, sino en el psicológico, que puede ser mucho más cruel y perverso.

Después del error que cometí aquella noche tormentosa, en que dejé entrar en mi casa a un menor de edad, los hechos se sucedieron de una forma aún peor de la que esperaba; y eso que lo que yo esperaba ya era bastante malo.

Lo peor que yo esperaba era que la mamá de Marcos (el chico que me espiaba por la ventana y que un día se apareció en mi departamento) me denunciara por abuso de menores. Eso me habría complicado la vida seriamente. Pero esta señora, de nombre Amalia, encontró una forma aún peor de hacerme daño y de transformar mi vida en una pesadilla. Esta es la historia de cómo, después de querer incursionar en el juego de la dominación y sumisión, terminé siendo una dominadora dominada.

Dominadora dominada
Dominadora dominada

Extorsión

Nunca supe si Amalia lo había planeado todo desde el principio, o si simplemente encontró la forma de aprovecharse de una situación que le quedó servida en bandeja. Pero el hecho es que, en lugar de ir por la vía legal, esta señora buscó cobrarse lo que yo le hice a su hijo por el camino de la extorsión. Tiempo después descubriría que para Amalia las vías legales no eran una opción.

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Fotógrafa, escritora, podcaster, madre, ingenua, soñadora, idealista...