Qué es y cómo se practica Shibari, el bondaje japonés
Los japoneses convirtieron al bondaje con cuerdas en un arte que va más allá del mero fetichismo erótico.
En Japón tienen la costumbre de convertir cosas cotidianas, que para nosotros los occidentales son tan poco importantes como tomar el té o comer bocaditos de arroz con pescado, en cuestiones ceremoniosas y artísticas. Para mí es algo admirable, y supongo que tiene que ver con una filosofía que busca poner atención a los detalles para encontrar y resaltar la esencia de las cosas.
Los japoneses también son famosos por sus fetichismos raros, incluso ridículos para la mayoría de las personas. ¿A quién le puede resultar excitante mirar a una colegiala lamiendo un picaporte? A los japoneses. ¿Qué puede tener de especial un diente canino torcido que sobresale de la boca de una chica? Pregúntenle a los japoneses sobre el Yaeba. Y si hablamos de fetichismos, el más común de todos es el fetichismo de pies o podofilia.
Productos recomendadosSiguiendo esas costumbres raras, los japoneses tomaron el fetichismo relacionado con las ataduras (bondaje o bondage en inglés), lo convirtieron en un arte y lo llamaron Shibari. Se trata de una práctica capaz de producir una gran satisfacción, aunque también implica grandes riesgos (por favor lean al final los párrafos sobre los peligros del Shibari).
Ya expresé antes mis pensamientos y opiniones acerca del bondaje, así que esta vez quería profundizar en la forma como lo practican los japoneses. Para resumir, el Shibari o bondaje japonés es una variante de bondaje que enaltece ciertos principios estéticos y técnicos. Las formas de anudar, los tipos de cuerda a utilizar, las variantes para inmovilizar al cuerpo humano. Veamos qué tiene de interesante el Shibari, a ver si nos dan ganas de practicarlo.
Tabla de contenidos
Estimulación mental y relajación en el arte del Shibari
Para los japoneses, el Shibari va más allá del mero fetichismo erótico. El Shibari es una práctica que puede usarse tanto para la relajación como para la estimulación mental cuando se lleva a cabo adecuadamente.
El Shibari es parecido al bondaje con cuerdas. En la práctica erótica de bondage japonés se distinguen dos roles: el atador (o rigger o top en inglés) y el atado (también llamado rope bunny o bottom en inglés). En la tradición japonesa del Shibari, los rigger suelen ser hombres y los rope bunny, mujeres. Pero hay muchos hombres a quienes les gusta ser atados y mujeres a quienes les gusta atar (a mí me encantaría atar a un hombre). Pero a los fines de entendernos mejor, de aquí en más me referiré al atador como persona masculina, y a la modelo, como femenina.
Diferencias entre bondaje y shibari
En el bondaje común y en el BDSM se puede usar cualquier tipo de elemento, además de cuerdas, para atar el cuerpo humano: corbatas, bufandas, esposas, cinta adhesiva, etc. En cambio, en el Shibari sólo se utilizan cuerdas de fibras naturales.
Otra diferencia es que la práctica del bondaje en el BDSM se orienta al fetichismo y a la estimulación erótica mediante la sumisión de la persona atada. El Shibari, en cambio, pone énfasis en la estética visual y en la conexión íntima y emocional entre atador y modelo.
En el Shibari, el atador debe ser un experto. No hay espacio para improvisados, ya que el desconocimiento lleva a que la persona atada resulte lastimada.
¿Qué tipo de cuerda conviene usar para el Shibari?
Cuando se elige un tipo de cuerda para practicar Shibari, es conveniente evitar el poliéster y las fibras sintéticas. La seda y el algodón son suaves, pero generalmente forman cuerdas muy delgadas que pueden lastimar. El yute, en cambio, es grueso y se destaca por su resistencia, pero otras fibras, como el cáñamo, funcionan igualmente bien en la mayoría de los casos, y no son tan ásperas en el contacto con la piel.
En el Shibari no se usan cuerdas elásticas, ya que las ataduras se basan en la fricción: en lugar de utilizar nudos para inmovilizar al sumiso, se prefiere rodear o envolver su cuerpo o sus miembros con la cuerda. Se utiliza la cuerda doblada sobre sí misma en un punto medio llamado bahía o ensenada (bight, en inglés) desde donde se lleva hacia los extremos. En donde se produzcan nudos, se busca que éstos favorezcan la estética de las ataduras y no incomoden a la modelo.
Técnicas para practicar el Shibari
Hay un gran número de formas de practicar el Shibari, algunas simples, otras complejas, unas peligrosas, y en general son todas muy excitantes, tanto para la modelo como para el atador. Las que comento a continuación son las que me parecieron más interesantes y representativas del arte del Shibari.
Gote Gasshou: la modelo coloca sus manos en la espalda, las palmas enfrentadas como rezando, y el atador procede a inmovilizarlas con ataduras. Es recomendable que la modelo practique una postura de yoga llamada Paschima Namaskarasana, o postura de rezo invertido, para contar con la suficiente elasticidad en los codos y hombros.
Kikkou: dejando los pezones y el ombligo expuestos, se traza con las cuerdas un patrón de formas hexagonales que cubren la parte delantera del torso, como si fuera una caparazón de tortuga.
Gote o Takate Kote: es una forma de atar que se usa como punto de partida para muchas de las ataduras del Shibari. Se trata de inmovilizar los brazos de la modelo en su espalda, envolviendo con la cuerda la parte superior del torso, por arriba y por abajo de los pechos. Los brazos quedan amarrados formando una letra V o cruzados en X.
Matanawa (cuerda de entrepierna): una atadura que se sitúa en torno y debajo a la zona pélvica, presionándola para estimularla. En general, cualquier atadura en la zona genital se conoce como Matanawa.
Ebi (camarón): Esta es una de las más antiguas ataduras pertenecientes al Kinbaku, la variante más extrema del Shibari. Se utilizó en Japón durante cientos años como una forma de tortura. En el Ebi, la modelo se sienta en posición de loto, agachada, con la espalda curvada al máximo sobre las piernas; de ahí la similitud con un camarón o langostino. La postura inclinada crea lentamente una tensión sobre el cuerpo de la modelo, imposibilitándola de escapar.
Su única posibilidad de movimiento es rodar el cuerpo atado, lo cual en definitiva sólo refuerza su impotencia general y aumenta su sensación de vulnerabilidad. En tiempos cortos, la atadura Ebi puede ser interesante para juegos sadomasoquistas, pero puede convertirse en una tortura si se la aplica durante largo tiempo.
Hay distintas variantes de las ataduras Ebi. Por ejemplo, Ebi Zuri es una variante que agrega suspensión. En Ebi Zeme se colocan los brazos de la modelo a su espalda y se aumenta gradualmente la tensión de las cuerdas hasta que los tobillos se acercan a la garganta, hasta prácticamente tocarla.
Hishi (diamante): también llamado vestido de cuerdas (rope dress), el Hishi es un patrón que se construye doblando y anudando para formar rombos o diamantes. Esta forma de Shibari es estimulante para ambas partes (modelo y atador) y resulta ideal para agregar capas y nudos adicionales. El Hishi puede mantenerse puesto durante largos períodos, y quienes disfrutan del Shibari en forma cotidiana pueden usarlo debajo de la ropa, incluso para un poco de bondaje público semi escondido.
Tsuri (pesca): se usa el nombre Tsuri en general para todas las formas de ataduras que implican suspensión corporal del modelo en el aire. Es obviamente la más peligrosa de las formas de Shibari y requiere de cuerdas fuertemente amuradas al techo para una práctica segura. Una variante de la suspensión corporal es la que forma una letra M con las piernas abiertas de la modelo suspendida en el aire. Esta atadura brinda un acceso completo al cuerpo de la modelo.
Otra variante, llamada Kata-Ashi age tsuri Shibari, es una suspensión parcial, en donde la modelo tiene solamente una pierna suspendida en el aire, mientras la otra se apoya en el piso. No es tan peligrosa como la suspensión total, puesto que no hay riesgo de que la cuerda se suelte y la modelo caiga al suelo.
La que sí es muy peligrosa es la variante Gyaku-Ebi Tsuri Shibari, en la que la modelo se encuentra completamente suspendido en el aire y boca abajo, con sus extremidades hacia arriba.
Los orígenes del Shibari
El Shibari es un derivado del Hojojutsu, un arte marcial japonés utilizado en el periodo Edo (1600 a mediados del siglo XIX) por los samuráis para arrestar y sujetar a los prisioneros con una cuerda. A menudo, los presos se avergonzaban públicamente al exhibirlos atados con cuerdas, que por lo general transmitían su clase y crimen, antes de su ejecución o encarcelamiento. El Hojojutsu desapareció hacia finales del período Edo, cuando el shogunato fue derrocado.
La gente en Japón comenzó a usar los lazos propios del Hojojutsu para BDSM y para jugar con la inmovilización física y la vergüenza emocional de estar atado. Con el tiempo, el arte de las ataduras derivó en el Shibari (atadura decorativa) y en el Kinbaku (atadura apretada).
Al igual que el sushi, el Shibari se puso de moda en todo el mundo. Y al cobrar popularidad mundial, le ocurrió lo mismo que al sushi: aparecieron muchísimas imitaciones occidentales que no respetan la esencia y la estética cultural del original.
El erotismo y la estimulación del Shibari
Aunque el arte del Shibari no es necesariamente una práctica erótica o asociada al sexo, lo cierto es que sus similitudes con el bondage con cuerdas hace que se lo use con fines sexuales. Para maximizar el placer y la satisfacción que producen las ataduras del Shibari para ambos participantes, se debe entender su complejidad y sus misterios en toda su dimensión.
¿Por qué es estimulante y erótico el Shibari?
Curiosamente, estar preso de una atadura puede ser una experiencia relajante y liberadora. Las personas que disfrutan ser atadas aman otorgar el control de sí mismas a otras personas, permitiéndoles hacer con ellas lo que quieran, y sentir su poder a medida que son atadas. Hay también cierto masoquismo involucrado: la imposibilidad de movimientos con ataduras causa alguna sensación de dolor, que puede ser dosificado según la voluntad del atador.
El contacto y el roce de las cuerdas contra la piel es otro efecto erotizante del shibari. Para maximizar este efecto sobre una mujer se deben conocer las zonas erógenas del cuerpo femenino, para que las cuerdas rocen sobre ellas.
El Shibari convierte a las ataduras en un arte y generan una comunicación no verbal entre la modelo y el atador. Es necesario que entre ambos haya una total confianza y que exista un acuerdo previo. La modelo disfruta de no poder tomar decisiones ni iniciativas, siempre y cuando la práctica se lleve en un contexto totalmente seguro.
En el Shibari la persona que será atada debe saber exactamente lo que hará el atador. La comunicación entre ambos es fundamental. El atador debe guiar la práctica. No debe haber titubeos ni dudas en su accionar. Debe saber bien lo que está haciendo e impartir órdenes con seguridad. Esto es también fundamental para la satisfaccion de la modelo.
En el acuerdo entre ambos participantes debe haber una clave de seguridad (una “palabra segura”) que la modelo pronunciará para detener la práctica ante la mínima sensación de inseguridad. El atador debe interrumpir inmediatamente la práctica cuando su modelo lo desee, y debe saber cómo deshacer las ataduras en forma segura. Es conveniente tener a mano tijeras muy bien afiladas para cortar rápidamente las cuerdas en caso de emergencia.
Guía paso a paso del Shibari
Para dominar las ataduras del Shibari conviene practicar primero con un maniquí hasta adquirir la suficiente destreza, y recién entonces comenzar a atar personas. Cuando llegue el momento, entre el atador y la modelo deben establecer las pautas que guiarán la práctica. Entonces el atador comenzará a guiar a su modelo indicándole qué posición debe adoptar y explicando cada nudo que hará. La práctica debe hacerse con calma y en forma relajada. El atador debe tener toda su atención puesta en rodear el cuerpo de su modelo con delicadeza, y la modelo debe estar atenta a las sensaciones de las cuerdas inmovilizando su cuerpo.
Preparándose para la primera atadura
Tanto el atador como la modelo deben estar relajados. La modelo debe practicar estiramientos y hacer algunos ejercicios de calentamiento antes de comenzar con las ataduras. También es conveniente hidratarse lo suficiente, como se haría en forma previa a cualquier ejercicio, pero sin ingerir demasiada agua. No es bueno que el atador tenga que deshacer su trabajo en mitad de la sesión para que su modelo vaya al baño.
La modelo debe manifestar lo que espera conseguir a partir del Shibari. Puede ser que sólo quiera sentirse inmovilizada, o quiera sentir algo de dolor, o quiera sentirse cómodamente rodeada de cuerdas. Aquí la modelo tiene la palabra, y el atador debe respetar sus deseos. El atador, a su vez, debe saber cómo aplicar las sogas para no cortar la circulación sanguínea de la modelo ni oprimir en forma perjudicial alguno de sus nervios.
Las ataduras básicas: columna simple y columna doble
Los nudos de columna simple y columna doble son la base para prácticamente todas las ataduras Shibari, por lo que resulta importante dominarlos a la perfección. El atador debe saber hacerlos prácticamente sin pensar. La “columna” es el objeto que se está atando: un brazo, una pierna, una muñeca, una pata de una silla, un poste de una cama. Si se aplica sobre un miembro de la modelo, ésta debe quitarse primero cualquier reloj, pulsera o brazalete que pueda interferir con la cuerda o lastimar su piel.
Para hacer el nudo de columna simple, primero se dobla la cuerda a la mitad para determinar el centro (bahía). Se rodea dos veces a la columna (por ejemplo, el brazo) con la cuerda doble, dejando espacio para que quepan dos dedos entre la cuerda y la columna. Luego se cruza la bahía sobre los extremos opuestos de la cuerda y se pasa por debajo de todas las cuerdas (por el espacio dejado libre).
Se hace un bucle con el extremo libre y se anuda la bahía tirando de ella. Si la cuerda se desprende en lugar de anudarse, se deberá intentar pasando la bahía desde el otro lado.
Atadura de columna doble
Una atadura de columna doble se hace uniendo dos ataduras de columna simple. Puede ser entre dos muñecas, una muñeca y un tobillo, un tobillo y la pata de una silla, una muñeca y un muslo, una muñeca y la parte superior del brazo con el brazo doblado, o un tobillo y la parte superior del muslo con la rodilla doblada.
Se comienza localizando el centro de la cuerda y se rodea ambas muñecas dos veces. Las cuerdas deben estar más holgadas que en la atadura de columna simple.
Los peligros del Shibari (IMPORTANTE)
La lesión más común en el Shibari es el daño a los nervios. Ante todo, no se debe practicar el Shibari sin conocimiento o experiencia previa. Como mínimo se deben aprender sus fundamentos. Hay que hacer un curso de Shibari, asistir a un dojo, o como mínimo leer todo lo posible y hacer un curso en línea para dominarlo a fondo. Lo más importante es que se debe conocer bastante sobre la anatomía humana básica con el fin de practicar el Shibari de una manera segura y saludable.
Los signos de lesiones en los nervios incluyen dolor, entumecimiento, sensibilidad, hormigueo o pinchazos, ardor e incluso parálisis parcial o total en la zona afectada. El daño en los nervios puede durar unas horas, días, semanas o, en casos extremos, resultar permanente. Uno de los nervios más comunes que pueden verse afectados en el Shibari es el nervio radial, que se encuentra en la parte superior del brazo, en la parte inferior del deltoides. El nervio radial controla el movimiento o la sensación de la parte posterior del brazo, incluyendo el tríceps, el antebrazo y la mano.
Otras zonas que hay que evitar atar son las rodillas, los codos, las axilas, la ingle y el cuello, donde todos los nervios, arterias y venas vitales se encuentran cerca de la superficie de la piel. Una señal común de problemas es una sensación de adormecimiento. Esto puede indicar que está disminuyendo la circulación, pero también puede deberse a que se está oprimiendo excesivamente un nervio. Ante cualquier tipo de molestia que manifieste la modelo, se debe relajar su posición y liberar de las cuerdas la parte del cuerpo adormecida, hasta que pase la sensación.
Es mejor prevenir que lamentar. El Shibari parece una experiencia genial, pero hay que tomar todas las precauciones posibles para que no sea causa de accidentes.
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