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Las 7 claves del buen sexting

Cómo practicar y disfrutar del sexting (sexo escrito)

Intercambiar mensajes “hot” para cachondear con un amigo, amiga, pareja o incluso alguien desconocido, es algo bastante común. Prácticamente todos lo hemos hecho, ya sea como hábito o en alguna ocasión en particular. Es el famoso sexting: una mezcla de sexo y texting. Como ocurre con toda práctica sexual, hay quienes lo disfrutan más y quienes lo disfrutan menos. A algunos directamente les resulta imposible calentarse mediante mensajes de texto.

No es mi caso. A mí, personalmente, el sexting me resulta sumamente excitante. Es por eso que comparto aquí las claves del sexting, basadas en mi experiencia de miles de horas de chatear en las redes.

Escuchá el podcast sobre sexting:

Escucha “Sexting: el placer del chat "hot" – Episodio 25” en Spreaker.

Sexting y literatura erótica

En mi opinión, si te gusta la lectura erótica, te tiene que gustar el sexo escrito. A mí me encanta la lectura erótica y me calienta mucho el chat “hot”. Y trato de practicarlo siempre que puedo. Por supuesto que prefiero el sexo real, en persona, piel a piel. Pero cuando no está la posibilidad de un encuentro de cuerpos, prefiero el sexting antes que otras formas de sexo a distancia, como podría ser sexo virtual por videollamada.

Volviendo al tema de la literatura erótica: considero que, si te excita la lectura erótica, es por que tu imaginación es capaz de construir escenas más calientes y excitantes de lo que te puede resultar ver sexo en una pantalla. Pero, al igual que en cualquier relación sexual, en el sexting hay que saber dar y recibir.

Es decir, que además de tener la capacidad de calentarte leyendo mensajes de texto, debés ser capaz de calentar a la otra persona escribiendo mensajes. Y para muchos, esa es la parte más difícil. Si sos de los que pueden cerrar los ojos e, inmediatamente, empezar a ver una película con la mente, y si sos capaz de describir esa película con palabras, definitivamente el sexting es para vos.

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Entre las principales claves del sexting, lo primordial es tener mucha imaginación.

Distintos escenarios para el sexting

Un chat hot puede darse en distintas situaciones. Puede ser que las dos personas sean pareja o amantes en la vida real, o que sean sólo amigos o conocidos, o que directamente no se conozcan para nada. La forma de llevar adelante el sexting será diferente en esos tres casos. Pero lo que es imprescindible es que ambos interlocutores estén metidos e interesados en la conversación. Si uno pregunta y el otro se limita a contestar de compromiso, no sirve. Como en cualquier relación sexual, si uno tiene ganas y el otro no, la cosa no funciona.

Veamos el primer escenario, en donde los interlocutores son esposos, novios o amantes, y recurren al sexting como un juego para “avivar la llama”, o por que están lejos el uno del otro y usan el sexting como una buena alternativa.

Suponete que tu pareja está de viaje. Vos estás solo o sola en casa, extrañando a tu otra mitad, sin saber qué hacer. Es de noche, ya cenaste, y todavía no tenés ganas de irte a dormir. Es la situación ideal para mandarle un mensaje con algo así como “la cama está muy fría, quiero que estés acá para que la calentemos entre los dos”. Lo siguiente será contarle qué tendrías ganas de hacer si estuvieran juntos, qué ropa estás usando… si es que estás usando alguna ropa.

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Cuando aparezca la tensión sexual en la conversación, , el sexting comenzará a fluir solo, hasta que ambos acaben masturbándose a la par.

Ya está. A partir de ahi, el sexting comenzará a fluir solo, hasta que ambos acaben masturbándose a la par, escribiendo cualquier cosa en el teléfono o la compu, pues ya las palabras dejarán de ser necesarias.

Ese es el escenario más sencillo. Vos y tu pareja están lejos y a ambos les gustaría estar juntos para tocarse, besarse, abrazarse y hacer el amor. Ahí no hace falta que les dé ningún consejo, salvo dejarse llevar, dejar volar la imaginación, y a gozar.

1. Desatar la tensión sexual

Un escenario algo más complicado se da cuando la persona que está del otro lado del chat no es tu pareja, y no tienen (aún) intimidad sexual. Quizás se conocen poco o mucho, quizás ya hayan chateado, quizás se han visto en persona… incluso, quizás existe alguna clase de tensión sexual entre ustedes, pero que nunca llegó a manifestarse.

Entonces surge alguna excusa para iniciar un chat. Al principio es un chat normal, sin nada de “hot”. Pero de pronto, como quien no quiere la cosa, alguno de los dos desliza un comentario que al otro le toca alguna fibra sensible. Hace que esa tensión sexual que flotaba en el aire, pero ninguno se atrevía a reconocer, de pronto se vuelva palpable.

2. Lograr la confianza

La confianza mutua es una de las principales claves del sexting. Por eso es importante hacerlo con alguien que comparta la misma idea y las mismas intenciones. Lo cual no siempre es fácil, porque hay mucha gente que querrá algo más, que te pedirá un número de teléfono, un encuentro en persona, una videollamada, o alguna otra cosa.

La confianza es algo fundamental, que tendrías que buscar antes de llevar la conversación al terreno sexual. Si estás chateando con alguien que recién conociste, andá tanteando el terreno para ver si hay “feeling”. Al igual que en un encuentro físico, si recién conociste a alguien, seguramente esperarás a ver si hay atracción entre ambos antes de irse a la cama. Cuando encontrás a alguien en quien puedas confiar, que desee lo mismo que vos, el sexting resulta sumamente placentero y súper divertido.

3. Imaginar

Suponete que vos y yo estamos chateando. Tranqui, cada uno en su casa, hablando boludeces intrascendentes. De repente, casi sin querer, yo te escribo algo así como “No te puedo creer, se me acaba de descoser la pollera”. A lo cual vos quizás me contestes con un: “Y bueno sacatela, total, ¿quién te ve?”. Y yo: “Obvio, hace calor. Me quedo en bombacha y corpiño. ¿Y vos? ¿En qué te quedás?”. 

Listo. La tensión sexual ya se volvió palpable. Quedaron atrás las indirectas, los eufemismos y los vericuetos verbales. A partir de ahí nos contaremos cómo nuestros cuerpos van reaccionando a cada estímulo imaginado. El deseo mutuo irá in crescendo, hasta que explotaremos en un orgasmo compartido. Y todo sin hacer otra cosa más que mandarnos mensajitos de texto. Y tocarnos, obviamente.

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Cada nuevo mensaje que nos mandamos nos hace erizar la piel y hormiguear la entrepierna. Ya pasaron los preliminares, podemos ser explícitos.

4. El sexting entre desconocidos

En los dos escenarios anteriores existía un conocimiento previo entre los interlocutores. Pero, ¿qué ocurre cuando chateás con alguien por primera vez? No sabés cómo es la otra persona. Puede ser joven o viejo, hombre o mujer, gordo o flaco… La única información que tenés es la que te cuenta por chat, y la usás para fabricar su imagen en tu imaginación. Entonces, entre todas las claves del sexting, yo insisto con esto: para el sexting necesitás, por sobre todas las cosas, mucha imaginación.

El sexting entre desconocidos puede ser parte de la fantasía de conectarse sexualmente con alguien en forma inmediata, sin ningún conocimiento previo. Sin riesgos, sin compromisos, sin trámites, nada. Sólo chatear y excitarse mutuamente.

Quizás la conversación empieza tranqui, hablando de cualquier cosa, yo qué sé… actualidad política, por ejemplo. Un embole. Tenés que tratar de encaminar la charla hacia el momento presente de ustedes dos. Preguntale qué está haciendo en ese momento y contale lo que estás haciendo vos.

5. Crear un ambiente imaginario compartido

Preguntale en dónde está y decile dónde estás vos. Describan su entorno: estoy sola en mi habitación, mi marido está en el comedor, estoy en la oficina rodeada de gente, estoy en una reunión de trabajo, estoy tomando un café en un bar. En las claves del sexting, todas esas descripciones contribuyen a dar contexto a la charla. A que cada uno imagine el ambiente y el lugar en que está el otro. A crear un entorno imaginario compartido.

También podés encaminar la conversación para hablar no sólo de lo que están haciendo en ese momento, sino de lo que les gustaría hacer. Me gustaría estar en la playa tomando sol, me gustaría estar mirando una película, me gustaría estar durmiendo abrazada a alguien, me gustaría estar dándome un baño de burbujas.

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Hacele preguntas a tu interlocutor: ¿Qué tenés ganas de hacerme? ¿Qué tenés ganas de que te haga?

Para que el chat suba de temperatura, es importante que comiencen a hablar de deseos. Y de sensaciones: frío, calor, cansancio… y por qué no, excitación. Hablar de ganas, de deseos, de sensaciones, de sentimientos. Todo eso lleva inevitablemente a pensar en sexo. Inevitablemente, comienza el sexting.

6. Ir al grano

Estamos chateando y la intensidad de la conversación comienza a hacerse palpable. Cada nuevo mensaje que nos mandamos nos hace erizar la piel y hormiguear la entrepierna. Ya pasaron los preliminares, podemos ser explícitos. “Se me pusieron duros los pezones”, “mi pija quiere romper el pantalón”, “tengo la bombacha toda mojada”. Así, sin filtro.

A partir de este momento, deberías empezar a tocarte a la vez que mandás mensajes, así que te aconsejo ir a algún lugar privado, y buscar la forma en que puedas escribir con una sola mano, mientras usás la otra para masturbarte.

Hacele preguntas a tu interlocutor: ¿Qué tenés ganas de hacerme? ¿Qué tenés ganas de que te haga? “Quiero que me abras las piernas y refriegues tu cara en mi concha”. “Quiero llenar tu boca de leche”. Respondé así, a lo bruto. No cuides el vocabulario, no tengas miedo de usar palabras directas, si eso te calienta, a vos y a tu pareja. Estamos haciendo el amor con palabras, así que usémoslas como más nos guste.

7. Llegar al clímax

Describí las reacciones de tu cuerpo, los temblores, las secreciones, los sonidos, todo. Decile lo que le dirías si lo estuvieran haciendo cuerpo a cuerpo. “Estoy toda mojada”. “No puedo más, estoy a punto de acabar”. “Las gotitas de semen empiezan a asomar de la punta de mi pene”. “Me estoy tapando la boca para que no se escuchen mis gemidos”.

¿Cómo transmitir el orgasmo en palabras? Esa es quizás la parte más difícil. Podrías recurrir a las onomatopeyas, tipo “¡¡Aahhhh!! ¡¡Oooohhhh!! ¡¡Uffffff!!” y cosas por el estilo. Pero a mí, en lo personal, me resulta falso, muy ficticio, como si estuviera leyendo un comic.

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La selfie “hot” es la frutilla del postre del sexting. Sirve para que nuestra pareja compare la realidad con lo que imaginó.

Yo, particularmente, prefiero dejar el suspenso flotando en el aire, después de escribir algo como: “ya no puedo contenerme más”, y no escribir nada por un rato. Mi interlocutor sabrá que esa pausa en el chat se debe a que estoy explotando en un orgasmo y por eso se me hace imposible escribir en ese momento. Y volver a escribir recién después del clímax, para contar en qué estado quedé. “Uf, quedé tirada en el suelo, con la mano en la concha, y no me quiero levantar”.

En este punto, quizás, podemos recurrir a algún mensaje de voz, alguna selfie o algún videíto que ayude a detonar el orgasmo en el otro. Sólo si hiciera falta. Pero lo ideal es usar estos recursos sólo sobre el final. Que todo el trabajo previo lo hagan las palabras y la imaginación. Esa es la clave, y es lo más interesante y divertido del sexting.

El sexting funciona

Hay personas que jamás se han visto, ni siquiera en fotos, y mantienen una relación íntima a fuerza de mensajes de texto. Y son relaciones que duran más que muchas relaciones físicas. El sexting es bueno, es sano, es satisfactorio. No hay que verlo como algo tonto, o como algo que se hace únicamente como consuelo ante la imposibilidad de tener una relación física. Sólo hay que aprender a hacerlo bien, y disfrutarlo.

Cualquiera que quiera practicar sexting conmigo, no tiene más que suscribirse a Letras Ardientes en Patreon y enviarme sus datos de contacto. En breve yo le enviaré una invitación de chat e iniciaremos una conversación muy caliente. Los espero, vengan de a uno…

Fátima Medina

Fotógrafa, escritora, podcaster, madre, ingenua, soñadora, idealista...

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