Mujer poniéndose una máscara para hacer roleplay
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Cómo iniciarse en el Roleplay en pareja: 5 consejos

Transforma tu intimidad con el Roleplay, siguiendo estos 5 consejos para principiantes: desde el sexting hasta el vestuario casero. Aprende a jugar roles sin sentir vergüenza.

Déjame adivinar… tuviste la genial idea de sugerirle a tu pareja hacer un Roleplay (o juego de roles), pero el proyecto quedó en la nada, temiendo un fracaso causado por la vergüenza de ambos al intentar interpretar un papel.

Te imaginas a ti misma vestida de enfermera sexy o de policía, intentando decir una frase “sucia” y arruinándolo todo con un ataque de risa nerviosa. Y es normal. No somos actores de Hollywood, y la idea de fingir ser otra persona frente a quien nos conoce en pijamas, puede parecer forzada y hasta ridícula.

Roleplay: Un reclutador está examinando el currículum de una postulante, mientras ésta espera impaciente a que el hombre le haga alguna pregunta o comentario.
“La entrevista de trabajo”. Un clásico. Ideal para jugar con la dinámica de poder reclutador/candidato, o jefe/empleado.

Pero tienes que poner en la balanza los beneficios: el juego de roles es la herramienta más potente para salir de la rutina en la intimidad de la pareja. Te da una oportunidad única para dejar de ser “tú” (con tus preocupaciones, tu trabajo y tus listas de pendientes) y convertirte, por un rato, en una versión más desinhibida de ti misma.

Si quieres probarlo sin sentir que estás actuando en una película de bajo presupuesto, aquí tienes la guía para principiantes de Letras Ardientes para un Roleplay exitoso.

1. Empieza por lo simple, evitando “guiones” rebuscados

El error número uno es querer crear una historia compleja. “Tú eres el fontanero que viene a arreglar la tubería de 1945 y yo soy la condesa viuda…”. No. De ninguna manera. Eso es mucha presión.

Olvídate de intentar memorizar y recitar líneas perfectas. En el juego de roles es más importante seguirle el juego (seguir la corriente) a tu pareja. Si él te dice “Señorita”, tú simplemente contestas como tal. No te salgas del personaje, como se dice en el teatro.

Para empezar, juega con arquetipos, no con guiones.

  • La desconocida: cítense en un bar (o en la sala de su casa, si la idea del bar los asusta un poco) y jueguen a que no se conocen. El simple hecho de preguntar “¿está ocupado este asiento?” con una mirada coqueta cambia toda la dinámica.
  • La autoridad: uno manda, el otro obedece. No hace falta explicar por qué. Solo sientan la energía y fluyan con ella.
  • Toma la iniciativa: sin preparativos, sin avisar, un día comienza a actuar diferente. No mucho; sólo cambia algunas conductas o adopta algunas actitudes o costumbres nuevas y más atrevidas. Cosas que tú no harías, pero sí las haría tu alter-ego. Si tu pareja no lo nota, redobla la apuesta. Y si te pregunta por qué actúas en forma extraña, dile que no sabes de qué está hablando.

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juego de roles. Copas de Martini en un bar, Manos de dos personas, hombre y mujer, gesticulando durante una conversación.
Cítense en un bar (o en su propia sala, cuando no haya niños ni otras personas en la casa) y sean dos extraños que se ven por primera vez, se sienten mutuamente atraídos e intentan conocerse.

2. El vestuario ayuda (pero nada de disfraces)

Un disfraz mediocre, de aspecto falso, puede matar la magia. Ten esto muy en cuenta antes de salir corriendo al sex-shop más cercano a comprar un disfraz de policía o de enfermera.

Usa lo que tengas a mano y, muy especialmente, usa aquello que te haga sentir segura en la interpretación de tu personaje:

  • ¿Quieres ser una secretaria o jefa estricta? Unas gafas, una camisa blanca y una falda lápiz de tu armario son suficientes (para inspirarte, te aconsejo revisar las fotos de Fati cuando se transforma en “La Profe”).
  • ¿Una cita a ciegas? Usa esa lencería que nunca te pones o un labial rojo intenso. El objetivo es que tú te sientas distinta al mirarte al espejo, no que parezcas un dibujo animado.

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Roleplay. Un antifaz de una fiesta elegante de estilo victoriano, colocado sobre un almohadón de satín.
Un antifaz elegante, como para una fiesta de estilo victoriano, puede ser disparador de muchas fantasías. Combinado con un conjunto de lencería o un traje tipo smoking puede ser altamente excitante.

3. El poder de la tecnología: sexting para preparar el terreno

Romper el hielo cara a cara es sumamente difícil, especialmente si planeas aparecerte delante de tu pareja interpretando a un personaje que supuestamente él no conoce. Por eso, el mejor truco es empezar el juego por WhatsApp horas antes.

Envíale un mensaje a tu pareja desde el personaje:

“Señor, le recuerdo que tiene una cita pendiente en mi despacho a las 8:00 PM. No llegue tarde o tendré que castigarlo.”

TIP: Para darle mayor realismo, usa un celular (o un chip) nuevo, que tu pareja no tenga en su agenda. Eso incrementará la excitación y la sensación de misterio, evitando que los mensajes que le envía tu personaje le lleguen desde un número identificado como “Amorcito” o “Esposa”.

Con esto estarás preparando el terreno. Cuando lleguen a casa, la escena ya habrá comenzado en sus cabezas y será mucho más fácil lograr que se desarrolle y que la actuación fluya.

4 Ideas “cliché” que nunca fallan: algunos guiones para calentar motores

No hace falta reinventar la rueda. Los clichés existen porque funcionan. Aquí tienes tres escenarios clásicos y fáciles de montar en casa:

A. Los desconocidos (nivel: muy fácil)

Es el más sencillo porque requiere cero utilería.

  • La premisa: quedan en un bar, en una cafetería o incluso en el salón de su propia casa. Pero fingen que no se conocen.
  • El gancho: tú estás leyendo o mirando el celular. Él se acerca y pregunta: “¿Está ocupado este asiento?”
  • El juego: coqueteen como si fuera la primera vez que se ven. Pregúntense a qué se dedican. El morbo está en que ambos saben cómo terminará la noche, pero tienen que “ganárselo” de nuevo.
  • El detalle picante: ve sin ropa interior y, en medio de la charla formal, susúrrale ese secreto al oído.

B. La entrevista de trabajo (nivel: intermedio)

Juega con la dinámica de poder (reclutador y candidato, o jefe y empleado).

  • La premisa: uno está sentado tras un escritorio (o la mesa del comedor) revisando papeles con cara seria. El otro entra nervioso pidiendo el empleo.
  • El gancho: “su currículum es impresionante, pero necesito comprobar qué tan lejos está dispuesta a ir para ganarse este puesto”.
  • El juego: la persona con autoridad puede dar órdenes simples (“levántese la falda”, “acérquese más”) y el aspirante debe obedecer para conseguir el puesto. Dejen de lado cuestiones éticas y morales; es un juego, no una entrevista real… no amenaces al reclutador con denunciarlo si se propasa durante la entrevista.

C. El servicio técnico (nivel: divertido)

El clásico del fontanero, el repartidor de pizza o el técnico del cable.

  • La premisa: algo en la casa “no funciona” y has llamado a un experto, pero no tienes dinero para pagarle. Puedes deslizar alguna broma suave, como “le pedí mil veces a mi marido que lo arregle, pero él parece que nunca tiene tiempo”. Siempre y cuando esto no genere un conflicto entre ustedes, claro está.
  • El gancho: “señora, ya quedó arreglada la tubería, son 200 dólares”. Tú respondes: “Ay, qué pena, no tengo dinero. ¿Habrá otra forma de pagarle?”.
  • El juego: es absurdo, es ridículo y es increíblemente sexy, porque permite ir directo a la acción sin muchas palabras.

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Roleplay. Un cinturón con herramientas caído en el suelo. Pies de mujer con zapatos de taco alto y botas gastadas y rústicas de un trabajador.
“Me siento muy apenada, pero en este momento no tengo dinero. ¿Hay alguna otra forma en que pueda pagarle por su trabajo?”. Diviértanse ensayando esta escena cliché de las películas triple-equis.

5. ¿Y si me da un ataque de risa?

Te lo garantizo: te vas a reír. En algún momento alguien se tropezará, dirá algo absurdo o hará un ruido raro.

Si eso pasa, no pares. Piensa como una actriz de teatro: el show debe continuar. La risa libera endorfinas y conecta. Ríete, dale un beso y retoma el personaje: “Vaya, parece que el doctor vino un poco torpe hoy…”. El juego de rol debe ser divertido, no una actuación solemne.

6. La salida de emergencia

Igual que hablamos en nuestro artículo sobre SSC y Rack, en el roleplay también es vital saber cuándo parar.

Si en algún momento la escena te hace sentir incómoda o toca una fibra sensible que no esperabas, usa tu palabra de seguridad de “semáforo rojo”. El personaje desaparece y tu pareja vuelve a ser tu pareja para consolarte o reconfortarte. Pero no te culpes ni culpes a tu pareja. Ni tampoco pienses que fracasaron. Aprovechen la situación para charlar, para sincerarse, para intercambiar sentimientos. Y quizás ese intercambio suelte una chispa que encienda la pasión de una forma diferente a la prevista, pero con resultados similares.

Conclusión

El roleplay no es mentir.  No es crear falsedades. Es una verdad que no te atreves a decir en voz alta. Es la oportunidad de explorar facetas tuyas que están dormidas: tu lado dominante, tu lado sumiso, tu lado voyeur.

Esta semana, te reto a intentar algo pequeño. No hace falta vestuario. Solo una mirada diferente y una frase: “Hoy no soy yo…”

¿Buscas inspiración para tu próxima escena? Ponte tus auriculares y escucha algunos de los relatos del podcast de Letras Ardientes.  Están llenos de ideas para encender tu imaginación.

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