Si te pegó una vez, andate. No lo pienses. Andate.

Si te pegó una vez, lo va a volver a hacer. No le des la oportunidad.

La primera vez te va a pedir perdón de rodillas. Va a llorar. Te va a jurar por su madre, por su abuela, por sus hijos, que no lo va a hacer nunca más. No le creas. No lo escuches. Andate.

“Pero yo lo amo”, vas a pensar. Ya no. No te engañes. En el preciso instante en que te levantó la mano, perdió la oportunidad de que lo ames. No podés amar al que te maltrata.

No importa a dónde vayas, pero andate. A lo de una amiga, a lo de tu mamá, a lo de un vecino, a un hotel, una pensión, abajo de un puente. Cualquier cosa va a ser mejor que convivir con un violento. Si tenés hijos, llevátelos con vos. Aunque sean las 3 de la mañana y al otro día tengan que ir al colegio.

Si estás en Argentina, llamá al 144, la línea de emergencia para atención a víctimas de violencia de género.

Mujer valiente no es la que se queda y soporta el maltrato. Esa es una mártir. Mujer valiente es la que no duda en tomar decisiones drásticas en el momento preciso.

Anoche vi una película en Lifetime sobre una esposa maltratada que decide huir con sus hijas y cambiar de vida, de aspecto, de identidad, para que el tipo no la encuentre. Con su nueva vida, la mujer escribe un libro con su historia.

Me sentí muy identificada con la protagonista. Mientras miraba la película se me ocurrieron estas líneas, con las que espero poder ayudar a alguna que quizás esté en la misma situación en la que yo estaba cuando decidí irme.

Acordate: si pasó una vez, no esperes a la segunda.