Ellos son dioses romanos. Pueden hacer lo que quieran. Júpiter, el principal dios de la mitología romana, está casado con su hermana Juno (sí, su hermana). Pero en estos últimos días de abril, el dios de dioses y hombres se está acercando a Venus, la diosa del amor. Mañana, 30 de abril de 2022, en horas de la madrugada, se producirá la conjunción entre ambos cuerpos celestes. Mientras tanto, Marte (hijo del matrimonio entre Júpiter y Juno) y Saturno (padre de Juno y, por ende, suegro de Júpiter) se alinearán para observar la (aparente) unión entre los cuerpos celestes. Lo dicho: son dioses y pueden hacer lo que se les dé la gana.
Claro, sólo se trata de una unión aparente. Nosotros, simples mortales (especialmente los habitantes del hemisferio Sur del planeta) veremos el show de erotismo cósmico como si realmente los planetas se ubicaran sexualmente uno por encima de otro. Pero desde cualquier otro punto del sistema solar no habrá unión alguna; los astros se mantendrán a millones de kilómetros de distancia.
Pero así como los antiguos romanos miraban al cielo en sus ratos libres e imaginaban a los planetas como dioses con cualidades humanas, nosotros, desde nuestro humilde punto de vista terrestre, podemos mirar al cielo y contemplar cómo Júpiter escapa de la vigilancia de su esposa/hermana Juno y, en la tranquilidad de la madrugada, se acerca a Venus, para someterla a sus deseos lujuriosos.
Júpiter es gigante. Imponente. Poderoso. Está cerca de considerárselo una estrella. Venus es diminuta, pero es muy caliente y refleja la luz del sol como ningún otro planeta. Tanto, que desde nuestro punto de vista la llamamos el Lucero.
El encuentro entre Venus y Júpiter será un hecho único para quienes disfrutamos del erotismo cósmico/mitológico. Mañana en la madrugada estaré mirando al cielo en el momento en que se encuentren estos dioses, para contemplar la unión de sus cuerpos celestes, antes de que el astro rey se levante por el horizonte y cubra con un manto el luz las actividades lujuriosas de los astros que lo circundan.
Quisiera saber dónde estará en ese momento Cupido, el equivalente romano del griego Eros (el dios del erotismo) para señalarle a Júpiter las zonas erógenas de la diosa del amor.
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